«... y en
estos momentos aún no sabemos si la vida cultural
puede sobrevivir
a la desaparición de la servidumbre».
A. BESANÇON, Etre russe au XIXéme siécle
Whatever o lo que sea
Construir un
proyecto es un experimento sociológico interesante. De apariencia supuestamente
inofensiva, este entramado de lazos culturales y profesionales consigue
interiorizar un auténtico microcosmos de tensiones adheridas que no hacen sino
ejemplificar, a muy pequeña escala, lo complicado que es en el arte y en la vida
la producción de la diferencia.
A menudo los
procesos se adueñan de los agentes implicados provocando una especie de
agenciamiento, es decir, una apropiación de los acontecimientos por parte de
algo ajeno. Un suceso que implica la redefinición de los conceptos y del germen
que un día lo propició todo, llevando a dirigir el objetivo y el objeto a
conseguir crear otra cosa diferente, que "signifique" y que se asocie
a una estimulante estrategia sin control.
Y es que cuando el absurdo de la maquinaria burocrática toma el control de las
situaciones, a uno sólo le queda observar de forma atónita como lo cómico se
mezcla con la desesperación.
No obstante, si algo
positivo esconde este panorama a priori desolador y confuso es que, en este caso, el proyecto consigue ser aquello que
en un principio se pretendió. Una excusa propositiva en la que sin saber cómo
el nombre acaba absorbiendo al referente, y nos demuestra que la frustración
puede y debe transformarse en un elemento vinculador.
Whatever o lo que sea comenzó siendo otra cosa, un ensayo para una
posibilidad investigativa que surgió en un pasado que se piensa ahora muy
lejano. Algo que gracias al transcurso del tiempo se fue transformando en base
a los agentes externos bajo un proceso de desarrollo cercano a la mímesis,
donde el pensamiento y lo pensado se afectaron mutuamente. De este modo los
signos, las vivencias y las contradicciones dejaron de ser meras abstracciones
para pasar por fin a funcionar como indicios, permitiéndonos comprender que la
verdad es dinámica, subjetiva y que todo se afecta en una continua
interrelación.
Nos alejamos de
Bartleby y de su «preferiría no hacer» para alterar la atmósfera que en un
tiempo prefirió nuestra anulación. Un medio para generar esa respuesta
alternativa y crítica a la continua alienación de los sistemas.